Minuto a Minuto: ¿qué pasó el
28M
en Cali?

Colombia+20 analizó 50.961 datos recopilados en Twitter Colombia y habló con 15 testigos que estuvieron en varios puntos de concentración en la capital del Valle del Cauca el 28 de mayo. Ese día, según la Policía Metropolitana, hubo tres muertes violentas en el paro; pero este diario corroboró que la cifra ascendería, por lo menos, a doce.

Los daños sociales que dejó el 28 de mayo en Cali (28M), cuando se conmemoraba un mes del paro nacional en Colombia, siguen vigentes y haciendo mella en los ciudadanos. Y es que ese día ha sido el más violento desde que comenzaron las manifestaciones en todo el país: según la Policía Metropolitana de Cali, se presentaron tres muertes violentas en el marco de las protestas; sin embargo, Colombia+20 de El Espectador pudo corroborar que serían doce las personas que habrían sido asesinadas con arma de fuego justo en puntos donde se llevaron a cabo manifestaciones y operativos de la fuerza pública, en los que participaron uniformados de la Policía, el Ejército, el Esmad y el Grupo de Operaciones Especiales (Goes).

Las víctimas identificadas son Luis Eduardo López Solano, Juan Pablo Cabrera Valencia, Michael Andrés Aranda Pérez, Jonathan David Basto Goyeneche, Sebastián Jacanamijoy Jansasoy, Carlos Alzate, Luis Fernando del Castillo, Sebastián Herrera y Fredy Bermúdez Ortiz. Por otro lado, está David Steven Sánchez, el menor de edad encontrado incinerado en el almacén Dollar City, en Siloé, pero, según Medicina Legal, no recibió impactos de bala. La familia y los líderes de la zona insisten en que lo asesinaron, pues lo ingresaron a la fuerza al lugar. Finalmente, habría dos personas más que llegaron sin vida a la brigada de salud del barrio Meléndez, pero sus familiares decidieron llevárselos del lugar.

Para llegar a esta conclusión, este diario obtuvo quince testimonios (que se contarán en anonimato) de testigos que ese día estuvieron en los sectores de La Luna (centro), Siloé, Ciudad Jardín y Meléndez (sur), donde se presentaron incursiones armadas, muchas de ellas con participación de civiles. Además de estas voces, revisamos 400.000 datos rastreados en Twitter Colombia por medio de 808 hashtags, entre los más populares: #ParoNacional28M, con 149.221 trinos, y #SOSColombiaDDHH, con 59.163.

En total, fueron 94.343 usuarios los que se sumaron a estas tendencias a escala nacional. Con el fin de depurar los datos para esta investigación, filtramos esta base de datos usando como criterio las siguientes palabras claves: Cali, La Luna, Meléndez, Ciudad Jardín y Siloé. Con esta limpieza quedaron 50.961 registros; es decir, de todos los trinos capturados aquel día en relación con el paro nacional, el 13 % correspondía a una conversación alrededor de lo sucedido en la capital del Valle del Cauca.

A partir de esta información se pudieron depurar y confirmar 16 videos que corresponden a los hechos que ocurrieron ese día en Cali; con ese material y la reportería con testigos, realizamos la reconstrucción del 28M desde las 11:00 a.m., cuando cayeron las dos primeras víctimas, hasta la medianoche. Entre los hechos más relevantes está el respaldo de civiles a la fuerza pública, quienes dispararon indiscriminadamente contra los manifestantes.

La Luna

Las primeras víctimas fueron Luis Eduardo López Solano (35 años) y Juan Pablo Cabrera Valencia (18 años), asesinados en el sector de La Luna, en la Autopista Suroriental con Calle 13, sobre las 10:15 de la mañana, luego de que Fredy Bermúdez Ortiz (43 años), técnico investigador del CTI de la seccional de Cali y exfuncionario del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), atacara con un arma de fuego a los manifestantes, según quedó registrado ese día en, por lo menos, siete videos subidos a redes sociales desde diferentes ángulos.

El Espectador conoció detalles de la necropsia de Eduardo López a través de una fuente judicial, que aseguró que la mayor dificultad para esclarecer este caso es que, según Medicina Legal, “los dos impactos de bala entraron al cuerpo, pero así mismo salieron sin dejar rastro del casquillo, por lo que es muy difícil determinar si es la misma arma que portaba el funcionario”.

Para Yamile Bahos Beltrán, esposa de Luis Eduardo López, la necropsia no es fiel a los hechos: “Yo lo vi a él en el hospital y tenía dos orificios en la parte trasera del cuerpo, pero no tenía ninguna en la parte frontal, ni siquiera tenía sangre adelante como para que digan que la bala entró y salió. ¿Por dónde salió si no tenía más orificios? Sólo el de la espalda por el lado de atrás y en el torso”. Hasta ahora, este es el obstáculo más grande que tienen para demostrar su hipótesis: que el responsable de su muerte fue Fredy Bermúdez, que también fue asesinado ese día por personas que, después de los homicidios de López y Cabrera, lo lincharon, apuñalaron y patearon, como también quedó registrado en varios videos.

En los registros capturados de aquel día con el rastreo en Twitter, se recuperó un video publicado a las 12:34 p.m. Allí, frente a decenas de testigos, se ve el cuerpo sin vida de Bermúdez. Se identifica por la vestimenta que llevaba ese día: camiseta negra con puntos blancos y un pantalón de jean claro. Además, un joven con el rostro cubierto lo señala como el presunto responsable del asesinato de López y Cabrera.

Por el caso La Luna, el pasado 29 de mayo fue capturado Yeison Muñoz, un joven de 23 años a quien se le imputa el delito de homicidio agravado por el asesinato de Fredy Bermúdez, según la Fiscalía, “gracias a un equipo de fiscales especializados, investigadores, técnicos forenses y criminalísticos que detectaron y recopilaron imágenes de, por lo menos, 20 personas que estarían involucradas en lo ocurrido”. Sobre el asesinato de López y Cabrera, el ente acusador aún no se pronuncia.

Junto a Yeison, el único capturado hasta ahora de las 20 personas que la Fiscalía aseguró tener identificadas, también está siendo investigada su madre, Valentina Narváez, una costurera que trabaja junto a su hijo en un emprendimiento de ropa. Este diario pudo confirmar que los dos procesados eran amigos de Eduardo López desde hacía 7 años y que, de hecho, fueron parte de las personas que lo auxiliaron y acompañaron hasta el Hospital Universitario del Valle (HUV) luego de ser herido, a donde llegó sin signos vitales.

“Cuando la gente alcanza a coger y linchar al integrante del CTI, que luego lo matan a patadas y golpes, Yeison y Valentina ya estaban en el hospital porque fueron los primeros que llegaron para acompañarlo, entonces no hay forma de decir que ellos fueron los responsables de ese homicidio porque ni siquiera coinciden las horas”, advierte una fuente. Incluso, hay llamadas que pueden corroborar que Yeison se comunicó con la familia de López estando en el hospital.

Según Yamile Bahos, para esclarecer el caso de su esposo las investigaciones deben iniciar por “identificar a las personas que estaban junto a Fredy Bermúdez y que podrían ser también funcionarios del CTI”. Lo dice porque, de acuerdo con su versión y la de otros vecinos, “el señor Fredy cuando llegó a ese punto de concentración no llegó solo, sino que iban otros dos hombres en una motocicleta que huyeron del lugar cuando comenzaron los disparos”. Lo cierto, por ahora, es que estos tres homicidios fueron los únicos que la Policía registró como ocurridos en el marco de las protestas, en el boletín No. 148, emitido el 29 de mayo.

Este diario intentó comunicarse con el general Juan Carlos León, comandante de la Policía Metropolitana, desde el 16 de junio pasado a través de su oficina de prensa para conocer la versión oficial sobre los hechos y saber si hubo algún otro documento posterior en el que se registran más homicidios. Aunque había planeada una entrevista para el 23 de junio, no se volvió a obtener respuesta.

Para otro familiar de Eduardo López, que prefirió reservar su identidad por seguridad, “la forma de la Fiscalía de lavarse las manos es decir que el funcionario estaba de descanso, pero ¿acaso uno sale un día de descanso, a comprar el pan, portando un arma?”, reclama. Dice que cuando su familia llegó al hospital para identificar el cuerpo se dieron cuenta que “lo habían ingresado como Cuerpo No Identificado porque le habían hurtado los papeles y el celular”.

Ese mismo día, el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, confirmó que Bermúdez efectivamente hacía parte del Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía, pero que ese día se encontraba de descanso. La pregunta que aún queda por responder es ¿por qué Bermúdez un agente activo de la Fiscalía se encontraba disparando contra manifestantes como civil?

Los momentos posteriores fueron igual de escalofriantes. Luego de ser identificado por manifestantes como el responsable de la muerte de un hombre en La Luna, Bermúdez fue perseguido por algunos jóvenes que presenciaron el crimen. Después de alcanzarlo, Bermúdez fue linchado y su cuerpo sin vida quedó postrado a unos metros de su víctima.

A solo unos metros de donde sucedieron los hechos también en el sector de La Luna, quedó registrado cómo dos sujetos vestidos de civil (jean y camiseta negra y casco negro) disparan contra los manifestantes que se encontraban al otro costado. A poca distancia, se alcanza a ver en el video, cómo conductores y transeúntes que no hacían parte del enfrentamiento huyen luego de escuchar los disparos.

Meléndez y Universidad del Valle

A esta hora, los dos puntos de concentración más concurridos, según los videos analizados, fueron Meléndez, en la calle 5 con carrera 94, y la Universidad del Valle, entre las calles 13 y calle 16 con carrera 100, donde se llevaba a cabo un cacerolazo sinfónico que quedó registrado en varios videos en redes sociales.

Justo en ese evento participó Álvaro Herrera, el cornista de 25 años que fue víctima de un “falso positivo judicial”, cuando fue capturado por hombres armados vestidos de negro. Estos civiles luego lo dejaron en la estación de Policía de Ciudad Jardín, la más cercana a la Univalle, y lo obligaron a declarar en su contra, asegurando que era un “vándalo” que había lanzado piedras contra ese CAI.

Álvaro fue uno de los cinco jóvenes detenidos esa tarde, casi todos estudiantes universitarios también de música o de psicología. El relato más escalofriante del joven de 25 años fue cuando detalló que, los hombres de civil lo amenazaron con montarlo a una camioneta blanca en vez de trasladarlo en una patrulla de la Policía. “Uno de los policías que estaba en el CAI de Ciudad Jardín, cuando llegué, le dijo a los otros ‘¿por qué no lo desaparecemos?’, le dijo a este periódico el pasado 31 de mayo.

Ciudad Jardín

Desde el 28M hasta hoy, han circulado decenas de videos y fotografías de hombres armados vestidos con camisetas blancas y negras y chalecos antibalas que disparaban indiscriminadamente a los manifestantes en cercanías a la Universidad del Valle. Muchos de ellos portaban radios para organizarse en puntos estratégicos. Colombia+20 conoció que eran vecinos que se aliaron con la Policía. Uno de los líderes de la comuna 22, que apoyó la consolidación de varios “frentes de seguridad” de Ciudad Jardín, cuenta que desde el 26 de mayo comenzaron a planear todo para el 28M.

Sin embargo, otro vecino del sector, que no pertenece a estos frentes de seguridad y que, por el contrario, fue víctima de persecución de algunos civiles, asegura que empezó desde antes: “Desde el 19 de mayo, más o menos, comencé a escuchar por las noches a un hombre que pasaba en un carro con un megáfono y que convocaba a los hombres de Ciudad Jardín a organizarse para defender la comuna, aunque nunca salí a verificar en dónde se reunían”.

El hombre que integra los frente de seguridad afirma que cuentan con el apoyo del Estado: “Nuestros frentes de seguridad en Whatsapp son controlados por la Policía Nacional de la Estación de La María, la que nos presta la seguridad en la comuna”. Aunque el vecino señala que desde allí también tranquilizaba a la gente, porque la Policía se había comprometido a cuidar de sus negocios y casas, las alarmas se prendieron con otros mensajes de las redes sociales. “Nos preparamos porque nos había llegado una ‘propaganda negra’ que decía el 28 nos iba llegar una marcha desde Siloé hasta la calle 13 y que nos iban a acabar la comuna, que iban a pasar acabando con casas y negocios desde la urbanización de San Joaquín (Ciudad Jardín) hasta la carrera 100 (cerca a la Univalle)”, agrega.

Según él, hasta las 11:00 a. m. no se activaron los frentes de seguridad porque la mayoría de las marchas transcurría con normalidad. Sin embargo, a las 12:45, cuando fue bloqueada la calle 13 con carrera 100 (frente a una de las entradas secundarias de Univalle y al centro comercial Unicentro), y comenzó el rumor de que estaban incendiando la estación del MIO de Univalle, la más cercana a Ciudad Jardín, la estrategia cambió. “Nos comenzamos a movilizar porque nos dijeron que estaban lanzándole piedras al único CAI que tenemos en la comuna que es el de Ciudad Jardín y vimos cómo les lanzaban ‘tatucos’ y una ‘molotov’ a policías uniformados que estaban sin armamento”.

En una fotografía tomada por un ciudadano sobre la 1:20 p. m., a quien le reservamos su identidad tras recibir amenazas de muerte, se observa a nueve sujetos encapuchados que, en efecto, estaban hostigando a la línea de uniformados y de civiles que se habían ubicado en el puente de Ciudad Jardín, contiguo al CAI. “Yo vi personas lanzando piedras al CAI de la Policía y hubo uno que, en el tiempo que yo estuve, lanzó una ‘molotov’, pero no estaban tan cerca como los habitantes decían y tampoco ni siquiera alcanzaba a afectar la infraestructura porque estaban lejos. Yo calculo unos 10 o 15 metros de distancia, no se acercaron más allá de ahí”.

A pesar de que el líder de la comuna 22 insiste en que los policías afectados por las piedras estaban desarmados, en muchas de las fotografías registradas ese día se les ve portando armamento corto. “En ese momento yo me fui trotando desde mi apartamento hasta el CAI porque el mensaje que mandamos por difusión a todos los frentes de seguridad, como a la 1:40 o 1:50 p. m., fue: “Vayan todos ya a ayudar a la Policía, necesitan refuerzos en el CAI”.

De acuerdo con el vecino de Ciudad Jardín, a esa hora “ya estaban quemando toda la fachada y ya habían destruido con piedras la parte de adelante”. No obstante, El Espectador recorrió tres días después el lugar y no había rastros de incendios o daños en los vidrios frontales. Otro vecino de Ciudad Jardín, que reside diagonal a las instalaciones del CAI, relata que, si bien sí hubo presencia de hombres encapuchados que lanzaron piedras e insultaban a los uniformados, “en ningún momento fue quemado y no hubo ni un vidrio roto”.

Después, expone el vecino que integra los frentes de seguridad, arribaron nueve integrantes del Ejército que lograron que los encapuchados se fueran del lugar. “Luego comenzó a llegar la gente de la comunidad, éramos como unos 80 y nos ubicamos con banderas blancas en el puente al lado del CAI, algunos habían llevado palos, otros se estaban defendiendo con palos de golf y, no lo voy a negar, algunos llegaron con armamento como se vio en las imágenes, eso sí es verdad”.

Pasadas las 2:00 p. m., comenzaron a escuchar disparos: “Entonces esta gente (los hombres de civil de los frentes de seguridad) también comenzaron a reaccionar con disparos y empezamos a avanzar hacia la carrera 100”. También reconoce que, en un primer momento, los civiles estaban ubicados justo detrás de los uniformados mientras se adelantaba hasta el punto de concentración de la Universidad del Valle, sobre la carrera 100, y nunca fueron obligados a desalojar el lugar.

“A las 3:00 p. m. ya los ánimos estaban muy caldeados de ambos lados y llegaron refuerzos de cinco cuadrantes más de Policía, el Esmad y varios carros del Ejército”, señala. Esta información fue confirmada con el boletín No. 148 de la Policía en la que se advirtió que “atendiendo el llamado urgente de la ciudadanía y ante el deber constitucional de garantizar la seguridad y el orden público para todos los habitantes, fueron necesarias seis intervenciones de la Policía con el Escuadrón Móvil Antidisturbios, especialmente, en los sectores de Meléndez y Ciudad Jardín”.

En ese momento comenzaron a viralizarse los videos en redes sociales de un grupo de encapuchados que le prendió fuego al antiguo local de Icetex, ubicado diagonal a la estación del MIO de la Universidad del Valle. Un periodista independiente, que estaba capturando unas fotografías y videos en ese lugar, denuncia que fue sobre esa calle, minutos después del incendio, que vio por primera vez a Andrés Escobar, el único hombre hasta ahora identificado como uno de los civiles de Ciudad Jardín que disparó contra la manifestación y que luego argumentó en sus redes sociales que lo hizo “en defensa propia”.

En su celular, efectivamente, quedaron registradas las imágenes previas a ese episodio.

El periodista agrega que, sobre las 5:30 de la tarde, en la hora más complicada de ese día, buscó refugio en la estación del MIO de Univalle, donde todavía había jóvenes que buscaban protegerse de las balas. Cuando intentó ubicarse detrás de una columna de la estación se encontró con un militar: “Le pregunté por qué no hacían nada con los civiles que estaban protagonizando la balacera que todos estábamos viendo, a lo que me respondió: ‘Ya no podemos hacer nada, se nos salió de control’”. En este sector no se presentaron personas asesinadas y, hasta ahora, no hay reportes de heridos de gravedad que hayan caído o que hayan sido atendidos en este sector.

Francisco Bernate, abogado penalista y quien fue entrevistado por RTVC Noticias el 31 de mayo, explicó que, en este caso, según el Código Penal se estaría incurriendo en “conformación de grupos paramilitares o escuadrones de la muerte, porque hay evidencias claras de complicidad policial con hechos homicidas que darían lugar a la destitución inmediata de los uniformados y que podrían dar apertura a procesos disciplinarios y penales, porque están siendo complacientes con el delito”.

En esta entrevista, asegura también que le sorprende que no haya capturas contra algunos de los vecinos de Ciudad Jardín que conforman los “frentes de seguridad” porque “todo fue cometido en flagrancia” y, según el jurista, se podría estar incurriendo en delitos como el porte y la tenencia ilegal de armas y el intento de homicidio “porque un ciudadano de civil no puede asumir el rol de la policía”.

Unas imágenes consecutivas fueron entregadas a este diario por parte de un hombre que registró los hechos acontecidos en Ciudad Jardín. Para analizarlas, consultamos a dos expertos en balística, quienes coincidieron en que el protagonista, un hombre de camiseta negra, gorra negra y pantalón de jean azul, fue escoltado por uniformados de la Policía para disparar. Su arma, de acuerdo con los analistas, era de fuego “por el rastro de pólvora que se alcanza a dilucidar en el video”. Esta evidencia, explican, “es la principal característica para distinguir un arma de fogueo, modificada o de fuego”.

Este diario habló con un grupo de 10 habitantes de la comuna 22 de Cali que, liderados por María del Pilar Rengifo, psicóloga y vecina del sector, vienen trabajando en un proyecto desde hace dos años con el que buscan independizar esta comuna y consolidar un municipio independiente que, por ahora, tendría el nombre de “municipio de Pance”, como se llama el grupo de Whatsapp a través del cual se están organizando para presentar el próximo año el proyecto ante la Asamblea Departamental.

“Venimos con esta idea desde hace rato por varias razones, porque después de ser unos barrios muy tranquilos y de mucha calidad de vida, ahora nos vemos rezagados. El paro nacional hizo que pusiéramos esta idea más en marcha, entre otras cosas, porque estamos siendo estigmatizados, nosotros somos el blanco de injurias y de calumnias porque nos tratan de ‘paracos’ y de ‘narcos’”, dijo Rengifo, que aseguró que ya tienen todos los documentos legales en orden para iniciar con el proceso de independización de Cali.

Meléndez

Cerca de las 6:00 de la tarde, después de que otro grupo de encapuchados intentaron saquear y le prendieron fuego a algunos negocios del centro comercial Holguines Trade Center, como quedó registrado en fotografías y videos, el caos se trasladó hasta la carrera 94, en el barrio Meléndez, frente a la estación del MIO de este mismo nombre. Cinco personas del barrio que hicieron parte de la barricada aseveran que ese fue el día que más sangre se derramó en el barrio, en medio del paro nacional.

Un joven de 23 años, que camina con dificultad, cuenta que todavía le cuesta desplazarse por la herida que tiene en su pierna derecha, en la que recibió un impacto de bala el 28M. En Meléndez, dice, también hubo civiles que dispararon contra la población entre las 6:00 p. m. y las 8:00 p.m. “Nuestra barricada se había unido con la de UniResistencia (Univalle) por la cercanía que teníamos la una con la otra, pero después de las 6 p. m. comenzamos a regresarnos a Meléndez porque la situación estaba muy tensa en Ciudad Jardín y fue ahí que nos dimos cuenta que también se habían organizado para este lado”, relata el joven.

Esta versión la confirma el vecino que integra los frentes de seguridad: “Cuando ya había comenzado a oscurecer, nos informan por los grupos que la Policía va avanzar hasta el centro comercial Holguines Trade Center, que estaban saqueando (ubicado en Meléndez), con el fin de que los vándalos se fueran hacia ese otra barricada o se dispersaran”.

Esta vez, al parecer, se ubicaron en el puente del sector de La Playita, bajo el río Meléndez, contiguo a la entrada principal de Unicentro. “Desde ahí nosotros comenzamos a escuchar los disparos, algunos eran de la Policía, por los uniformes, pero otros eran simplemente hombres de blanco o de negro con chalecos, entonces reaccionamos y ubicamos nuestros escudos para protegernos, y ahí se armó, nos defendimos con lo que había”, agrega el joven.

En esa zona, la primera víctima mortal fue Jonathan David Basto Goyeneche (19 años) a las 8:15 p.m., luego de recibir un impacto de bala en su pecho. El rescatista del puesto de salud de Meléndez que lo auxilió cuenta que “su muerte fue casi inmediata. Cuando pudimos sacarlo de la zona de fuego hacia la parte de atrás del barrio donde teníamos la carpa, ya no pudimos reanimarlo”. Fue trasladado al Hospital Correa Rengifo al que llegó sin signos vitales. Su nombre no aparece en los registros policiales de los homicidios que ocurrieron ese día.

Otra víctima mortal de la zona fue Sebastián Jacanamijoy Jansasoy, un joven de la comunidad indígena inga y habitante de la parte alta de Meléndez, quien recibió un disparo entre las 8:30 y las 9:00 p.m., cuando estaba justo debajo del puente del sector de La Playita. Su primo, Jhon Jairo Jacanamijoy, explica que por el tipo de casquillo que quedó en su cuerpo, se puede determinar que fue un arma larga, según la necropsia.

Su familia presume que el disparo podría haber venido de la Fuerza Pública. Como quedó registrado en videos grabados por la comunidad y como confirmó la Policía el 29 de mayo, en el momento en el que cae Sebastián Jacanamijoy, la Policía, el Esmad, algunos militares del Batallón Pichincha y uniformados del Grupo de Operativos Especiales (GOES) estaban en la zona en medio de un operativo militar. Todos hicieron presencia desde la carrera 94 con calle 5 hasta la carrera 83, cerca a la entrada de la Tercera Brigada del Ejército.

Al parecer, allí no sólo cayeron las dos víctimas mortales que mencionamos anteriormente, sino que también, de acuerdo con los apuntes de la brigada médica del barrio, también habrían sido gravemente heridas dos personas más. “Atendimos dos chicos que llegaron muy heridos y que a los pocos minutos quedaron sin signos vitales. Les alcanzamos a prestar las primeras atenciones de reanimación, pero en un momento llegaron personas que nos dijeron que eran la familia y se los llevaron a la fuerza, sin decirnos su nombre y sin nada”, dice una de las brigadistas. La Policía tampoco ha indagado en estos casos. Desde la brigada están convencidos de que es imposible que hayan sobrevivido.

En un video grabado por manifestantes esa noche y que también fue entregado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se observa el momento en que jóvenes deben auxiliar a personas heridas en el suelo y que, posteriormente, son atendidas por la brigada médica de Meléndez en un ambiente de hospital de guerra a la intemperie.

Dos hombres habitantes del sector, uno de la Primera Línea y otro residente, que no se conocen entre sí, revelan que hubo dos personas disparando con armas largas y silenciador desde la terraza de un edificio residencial, ubicado justo después del puente de La Playita, al lado de Holguines Trade Center. “Todos pudimos sentir a los ‘francotiradores’ porque cuando teníamos la Policía y el Esmad de frente, comenzaron a llegar balas desde arriba. Ahí vimos una sombra desde el último piso de ese edificio”, relata el joven de la barricada.

El vecino alcanzó a captar desde su ventana y con su teléfono lo que, según él, sería el sonido de los disparos con silenciador mientras en la calles los manifestantes gritaban: “Herido, herido, escudos, herido”. Colombia+20 vio los videos y audios, pero el hombre no permitió su publicación porque en ella está su voz y teme ser identificado.

Pero no es la única persona que menciona esta versión. De acuerdo con una habitante del barrio Las Vegas (vecino de Meléndez) y trabajadora de una peluquería del sector, “hubo sonidos de ráfagas de fusil y de disparos comunes como hasta la 1:00 a. m., pero lo más difícil fue después de las 10:00 p.m., cuando sólo sonaban ráfagas sin parar y vimos mucha gente resguardándose, incluso, en los árboles”.

Mientras los integrantes de Primera Línea y de la brigada de salud hablan sobre lo que vivieron esa noche, un mes después, una mujer se acercó con una fotografía en mano hasta la estación del MIO de Meléndez, donde se ubican los manifestantes, para preguntar por su hermano desaparecido el 28M. “Este es mi hermano y está desaparecido desde el 28 de mayo, él venía mucho aquí a este punto a las marchas, ¿lo reconocen o de pronto lo han visto?” clamó, mientras un grupo de siete jóvenes se organizaron para ayudarla. Hasta el cierre de esta edición, su familia desconoce su paradero.

Siloé

Cuando comenzaron los disparos en Ciudad Jardín y algunos en Meléndez, casi de manera simultánea se registró un operativo de la Policía y el Esmad en la Glorieta de Siloé, según habitantes de la zona, para impedir de nuevo el bloqueo de la barricada que durante toda la tarde se había trasladado hasta el punto de concentración de la Universidad del Valle.

Ese día, Michael Andrés Aranda Pérez, de 24 años, salió del taller de mecánica en el que trabajaba con su padre, en la parte baja de Siloé, para encontrarse con unos amigos en la Glorieta desde las 4 p.m. y unirse, por primera vez, al paro nacional en su barrio. Su hermana Sara, enfermera y quien estaba de turno en el punto de salud de la zona cuando hirieron a Michael, afirma que la primera señal de alteraciones al orden público en el sector fue la tanqueta del Esmad en la esquina de la panadería La Sorpresa, en la calle 2 oeste con carrera 52, a unos 100 metros de donde se ubicaba la barricada.

Esta información fue corroborada con un video publicado por la Agencia de Medios Hoy Noticias el 28 de junio en el que se observa el momento exacto en el que la tanqueta del Esmad, que menciona la hermana de Michael Andrés, pasa por la cuadra donde está ubicada la panadería y comienzan a sonar disparos.

En redes sociales también quedaron registrados por lo menos ocho videos en los que se observa a personas corriendo y se escuchan disparos de bala continuos. Aunque las autoridades nunca se pronunciaron sobre esta intervención en la ladera, ya había unos antecedentes claros que tenían a la ciudadanía alerta: la noche del 3 de mayo fueron asesinados tres jóvenes, justo en el perímetro en el que se desarrolló un operativo de Fuerza Pública con más de 70 uniformados, según reveló el medio Vorágine.

Sobre las 4 p.m. del 28M, según información de testigos y de defensores de derechos humanos del Comité de Solidaridad con Presos Políticos que hacían presencia a esa hora, el caos se volvió a sentir en la parte baja de Siloé. Sara Aranda manifiesta que, en una hora, a la caseta comunal de la Cruz Roja llegaron unos seis heridos: “Recuerdo a una señora con un disparo en la pierna, un muchacho que tenía un disparo en el hombro y varias personas con heridas de balas de goma”. El séptimo herido que vio llegar fue, precisamente, su hermano Michael, que había recibido un impacto de bala en su espalda y, según reveló la necropsia, por las características de la herida, provenía de un arma larga tipo fusil.

El pasado 4 de junio, cuando en la Glorieta llevaron a cabo una velatón por la vida de Aranda, la familia del joven recibía la visita de la Fiscalía y de los investigadores que, una semana después de lo sucedido, comenzaron a investigar los móviles del crimen. Hasta ahora, no les han dado noticias sobre su caso.

Sobre las 10:00 p.m., de nuevo, las redes sociales se volcaron hacia Siloé en el momento en el que, después de los saqueos, fue incendiado el Dollar City que estaba ubicado diagonal a la Glorieta. Sin embargo, lo más impactante fue el 29 de mayo cuando, en una transmisión en vivo en Facebook, revelaron que encontraron el cuerpo incinerado de David Steven Sánchez, un joven de 16 años y que había quedado atrapado en ese almacén cuando se alzó en llamas después de los saqueos.

Este es otro de los casos sin resolver de ese día, pues la hipótesis de la familia es que el adolescente fue lanzado al fuego luego de haber sido asesinado, según ellos, por integrantes del Esmad. Sin embargo, según Medicina Legal, después de analizar la necropsia, la causa de muerte fue por asfixia o ahogamiento de los gases, mas no por algún golpe o ataque previo. Su caso tampoco fue registrado por la Policía.

Uno de los rumores entre líderes del barrio es que habría un joven sobreviviente del caso Dollar City que, dicen testigos, fue arrojado por hombres vestidos de negro al almacén cuando ardía en llamas. Este diario pudo indagar de una fuente confiable que el hombre salió del barrio junto a su madre, por amenazas. No quiso responder a la solicitud de la entrevista. Su identidad la omitimos por temas de seguridad.

Ha pasado más de un mes desde que ocurrieron estos hechos y, por ahora, el caso que más ha avanzado es el del funcionario del CTI asesinado luego de disparar contra manifestantes en La Luna. Por lo ocurrido en Meléndez, en Siloé y en Ciudad Jardín no hay ningún procesado. De acuerdo con la información entregada por la Policía a este diario, ese día sólo se llevó a cabo la incautación de un arma de fuego, pero en un sector del oriente de la ciudad. El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, fue citado por la Fiscalía el jueves 1 de julio para ser interrogado por lo ocurrido el 28M. Mientras tanto, las familias de las víctimas esperan ser reconocidas dentro de los registros y que las autoridades adelanten cuanto antes sus casos.

El saldo final de este día fueron en total 13 personas muertas, entre ellas el agente del CTI y varios manifestantes que recibieron heridas de armas de fuego, al parecer, perpetradas por parte de miembros de la Fuerza Pública. La misma noche de este 28 de mayo, el presidente Ivan Duque visitó la capital del Valle del Cauca. El mandatario se reunió con el alcalde Jorge Ivan Ospina, visitó el Comando de la Policía Metropolitana de Cali y al sector residencial Ciudad Jardín, donde civiles dispararon contra manifestantes en presencia de la policía.