Abogados jóvenes y sobradamente preparados: Llevan 900 demandas de interinos y de contratados de toda España
Javier Ruiz Blay y Andrés Álvarez Matilla crearon su bufete, Matilla & Blay Asociados, hace tres años y encontraron un nicho de trabajo en los conflictos de interinos y contratados con la Administración, sobre lo que entonces nada se conocía. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Abogados jóvenes y sobradamente preparados: Llevan 900 demandas de interinos y de contratados de toda España

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06/2/2022 01:00
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Actualizado: 20/4/2023 13:49
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Javier Ruiz Blay, de 34 años, y Andrés Álvarez Matilla, de 33, son un buen exponente de la nueva generación de jóvenes abogados que se están abriendo camino en nuestros días a fuerza de trabajo y dedicación. Forman la firma Matilla & Blay Asociados, ya con dirección física con acceso de calle, no muy lejos del Tribunal Constitucional. Lo que da una idea de que las cosas les van bien a pesar de estos tiempos de pandemia. O precisamente por estos tiempos. Sobre todo en materia de interinos.

La suya es una historia de amistad desde el colegio, que se reforzó en la Facultad de Derecho y que se reconfirmó hace dos años, cuando después de hacer el típico rodaje en caladeros diversos despachos, decidieron unir fuerzas e intentarlo juntos. Con un nombre sonoro, el de sus segundos apellidos, los de sus madres. Más llamativos que los de sus progenitores masculinos.

Sus orígenes familiares son distintos. Javier procede de una familia de juristas. Su padre es el magistrado jubilado de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco. La familia de Andrés, por el contrario, nada tiene que ver con el mundo del derecho. Procede del mundo de la medicina.

El padre es médico y la madre farmacéutica. Pero estos dos jóvenes abogados recibieron «la llamada de la profesión». No le derribó de su caballo un resplandor «divino» como a San Pablo, ni se cayeron, como él, de ningún caballo. Pero el efecto fue el mismo.

Aunque comenzaron con vocación de ser generalistas, se han especializado en tres campos, por necesidad imperiosa: contencioso, laboral y penal.

«Había que buscar nichos de mercado. El laboral fue fruto de una conversación con mi novia, con Caridad, hace tres años. Ella era entonces enfermera. Trabajaba en Andalucía. Ahora se ha hecho médico. Me contó la situación en la que vivían los sanitarios. Los contratos precarios que les hacían. Por meses. Por semanas de lunes a viernes. Muchos de ellos por teléfono. Las penalizaciones que les imponían si levantaban la voz,. El miedo que les metían para que no demandaran. Un contrato de tres meses era todo un lujo», cuenta Javier.

«Andrés y yo comenzamos a estudiar el asunto. Nos pusimos en contacto con Colegios de Médicos y con sindicatos. Todos nos negaron que eso pudiera estar ocurriendo. Pero la realidad es que estaba, está ocurriendo. La temporalidad en la Sanidad Pública, descubrimos, es un cáncer. Solo en la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el 53 % de los facultativos especialistas tienen contratos temporales», añade.

CAPTARON A SUS CLIENTES SANITARIOS PISANDO CALLE

¿Y cómo contactaron con los clientes?

«A la vieja usanza. Nos fuimos a las manifestaciones que convocaban los sanitarios para conocer de primera mano sus problemas. Conocimos a los responsables de ASAES, Agrupación Sanitaria Española. Y a través de ellos entramos en contacto con nuestros clientes, interinos y contratados», interviene Andrés.

«ASAES es un sindicato independiente que no recibe ni busca ninguna subvención. Tampoco cobra cuotas de afiliación. Cobran cuando dan el servicio. Igual que nosotros», subraya.

La situación era mucho peor de lo que habían podido imaginarse. Se encontraron con un colectivo sanitario –médicos, enfermeros, celadores técnicos, etcétera–, dividido, desinformado de sus derechos, sin ninguna coordinación, sometidos a contratos temporales sin vacaciones. Con su futuro en duda permanente. ¿Qué banco les iba a dar una hipoteca para comprarse una casa con contratos como esos?

«Comprobamos que buena parte de los que tenían contratos de interinos vivían engañados hasta que estalló todo este movimiento. Porque les habían dicho que ser interino era como ser fijo, o una situación similar a la fijeza»

Su asesoramiento les dio coherencia legal y unidad, lo que redundó positivamente en la estrategia política de la organización sindical.

«Comprobamos que buena parte de los que tenían contratos de interinos vivían engañados hasta que estalló todo este movimiento. Porque les habían dicho que ser interino era como ser fijo, o una situación similar a la fijeza. ¿Que cómo personas con esa formación no prestaron atención a su realidad? Son profesionales muy vocacionales a los que la burocracia les echa para atrás. Confiaban en sus contratadores», interviene Javier.

Actualmente Matilla & Blay Asociados representa a 600 sanitarios de, practicamente, toda España. En 900 causas abiertas.

Javier Ruiz Blay y Andrés Álvarez Matilla no conocían a nadie en el sector sanitario así que se fueron a las manifestaciones para conocer personalmente cómo estaba la situación. Les dieron soluciones legales tanto a los interinos como a los contratados. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

El pasado mes enero impugnaron, en nombre de 423 facultativos especialistas de ASAES, la Oferta Pública de Empleo (OPE) que había realizado en diciembre la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid debido la inseguridad jurídica generada por la entrada en vigor de la Ley de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público. La llamada «Ley Iceta».

Por la ausencia de identificación de las plazas convocadas y por la falta de información sobre las características y ubicación.

“Se trata de una información imprescindible para cotejar si la convocatoria cumple con lo dispuesto en la Ley Iceta. Porque, de no ser así, las plazas convocadas tendrían
que ser excluidas, incluso después de haberse realizado el examen», aclara.

También todas las que se encontraran en medio de un proceso judicial para definir la fijeza de esas plazas.

“Se publicaron en torno a 3.242 plazas de facultativos especialistas. En nombre de los afiliados de ASAES impugnamos 2.979, el 92 % del total. Por lo que se refiere a los facultativos especialistas, 6385 plazas estaban ocupadas con contratos interinos o eventuales», subraya Andrés.

Según los datos del propio Servicio de Salud Madrileño, a fecha de 30 de noviembre de 2021 había un total de 4.528 plazas ocupadas por interinos, es decir, profesional sanitario con contratos temporales. 1.857 plazas estaban ocupadas por eventuales (de nuevo contratos temporales). Todo ello, de un total de 12.006 plazas. La matemática no miente: el 53 % de los facultativos especialistas de la CAM se encuentran en situación de temporalidad, como indicaba antes Javier.

EL BOCA A BOCA

El objetivo de la «Ley Iceta», coinciden los dos jóvenes abogados, es el de reducir la temporalidad al 8 %. «Es la condición que pone la Unión Europea para que España pueda recibir los Fondos Next Generation. Si no reduces la temporalidad no te damos dinero, le han dicho al Gobierno desde Europa», aclara Andrés.

Ninguno de los dos abogados tiene mucha esperanza de que vaya solucionar el problema de los interinos y de los contratados. «La Ley no acaba con el problema de la temporalidad. Tenemos serias dudas de que vaya a aplicarse», afirma Javier.

«La solución que han pretendido dar al problema de los interinos tampoco va a salir bien», interviene Andrés. «Al final nos vamos a ver con la Administración en los tribunales. No queda otra».

El sistema de captación de clientes de los dos socios de Matillay & Blay Asociados es el clásico: el boca a boca. Aunque tienen presencia en las redes sociales clásicas –Facebook, Instagram, Twitter y Linkedin–, reconocen que la mayor parte de los clientes les llegan porque otros clientes les recomiendan o porque ellos los abordan, de forma directa, como en el caso de los sanitarios.

«Estamos reforzándonos en redes sociales, es un frente en el que tenemos que tener más presencia», admite Andrés.

Los dos abogados denunciaron a dos inspectores del Cuerpo Nacional de Policía y dos «mossos d’esquadra» ante la juez de Instrucción 19 de Barcelona, María del Pilar Rovira del Canto, por haberse llevado a la Fiscalía Anticorrupción, sin informarla, la investigación que previamente ella les había encargado

Buena parte de las entrevistas con sus clientes, en estos tiempos de pandemia, son telemáticas. Se han provisto de un buen sistema informático: «Después de hablar con nosotros se registran en nuestra web, suben la documentación, la estudiamos y cuando damos el visto bueno, pueden pagar con tarjeta por la misma vía. Para los casos de Ofertas Públicas de Empleo hemos tenido videoconferenecias de 3 de la tarde a 9 de la noche. Algunas con más de 100 personas. No tenemos horarios».

En el frente penal, recientemente uno de sus casos, el del ruso Alekseks Dircenko, al que representan –en prisión preventiva– se convirtió en titulares de periódicos nacionales.

Los dos abogados denunciaron a dos inspectores del Cuerpo Nacional de Policía y dos «mossos d’esquadra» ante la juez de Instrucción 19 de Barcelona, María del Pilar Rovira del Canto, por haberse llevado a la Fiscalía Anticorrupción, sin informarla, la investigación que previamente ella les había encargado.

Acusaron a los policías de delitos contra la Administración de justicia (omisión del deber de perseguir delitos, denegación de auxilios, infidelidad en la custodia de documentos) y de falsedad.

Los agentes de la Ley “obviaron las normas procesales” y “desoyeron” las peticiones de la juez, a la que debían haber informado puntualmente. En vez de guardar secreto, entregaron “en bloque y sin autorización” los documentos a la Fiscalía Anticorrupción.

También representaron con éxito ante la Audiencia Provincial de Madrid a Pablo C., el dueño de una agencia de viajes que vendió a sus clientes un avión entero para viajar a Sudáfrica con el fin de presenciar la histórica final de la Copa del Mundo, en 2011, de la que la selección española de fútbol salió victoriosa. Había sido condenado por lo mismo antes y se le aplicó el principio del «non bis in idem», no se puede juzgar a una persona dos veces por el mismo delito.

«No nos faltan casos de penal tampoco. Le echamos muchas horas, es cierto. Las cosas vienen así. Lo importante es que estamos haciendo lo que queremos y que se están cumpliendo nuestros objetivos. Y nos consideramos afortunados porque somos dueños de nuestro destino», concluye Javier esbozando una gran sonrisa. «¿Podemos pedir algo más?».

«Amén», añade Andrés.

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