El Madrid de ‘Valeria’ es el Madrid que más nos gusta

Un Madrid de verano, un Madrid en fiestas, un Madrid de terrazas y paseos.

Valeria y Víctor, una madrugada en la Gran Vía.

Netflix

Con más de un millón de libros vendidos, la saga literaria Valeria, escrita por Elísabet Benavent, parecía un éxito asegurado en su salto a la pantalla. Y así ha sido, la serie Valeria, estrenada la semana pasada en Netflix, ha entrado directa en el top 10 de lo más visto en la plataforma. La historia de esta aspirante a escritora y sus amigas tenían ya un buen tirón de admiradores y, sin embargo, ha sido algo más lo que ha completado el éxito estos días: su Madrid.

Pere Capotillo, jefe de localizaciones de la serie, lo confirma: “Nunca había tenido tanto feedback en un trabajo y creo que tiene que ver con la situación en la que estamos viviendo: hay mucha nostalgia por ver Madrid así”.

Valeria en Frida, su oficina.

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Como ocurre tantas otras veces, Madrid es un personaje más en Valeria. Pero es verdad que, en esta ocasión, es un personaje muy protagonista, que aprovecha cada plano para salir bonita, absorber su mejor luz, mostrar su mejor cara.

Es un Madrid que hoy, además, sí nos despierta nostalgia. La ciudad en verano, un verano incipiente o tardío, porque aún no es muy caluroso, un verano de terrazas llenas, de paseos sin rumbo y sin hora, sin límites. Con parques abiertos para contemplar las mejores puestas de sol, como en el Templo de Debod, una de las localizaciones más románticas de la serie. O el Parque del Oeste, que Capotillo se recorrió de arriba abajo, para descubrir rincones que parecen el Retiro.

El Templo de Debod, escenario romántico.

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Es también un Madrid en fiestas, las de La Paloma, con sus pañuelos colgando entre balcones, su feria, sus minis, sus bocatas de gallinejas y calamares, su verbena. En la Plaza de la Cruz Verde, debajo del Viaducto de Segovia, Capotillo encontró la localización perfecta para recrear los festejos de agosto. Y delante de Bodegas Lo Máximo, un rincón muy castizo para seguir de juerga.

DISTRITO CENTRO

Aunque en los libros no se den direcciones exactas, se reconoce un Madrid de centro. En el paso a los guiones especificaron aún más las calles y el ambiente que querían ver en pantalla: Gran Vía, Preciados… Entre la lectura de los dos, Pere Capotillo “palpó el ambiente” y se lanzó a las calles de Madrid, las convirtió en su oficina durante semanas, en las que paseaba una media de 15 kilómetros diarios para encontrar las localizaciones exactas que respondieran a la ciudad que se quería mostrar y también resolvieran cuestiones logísticas (esquivar papeleos y permisos, evitar traslados…).

Bodegas Lo Máximo y La Paloma.

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Valeria (Diana Gómez) vive en la Calle San Gregorio enfrente del Frida, un café y restaurante que sacan tal cual en pantalla, porque completaba las necesidades estéticas y logísticas. Es lo bueno de la serie que enseña un Madrid real. No cambia nombres a los bares, no esconde sus decorados reales (solo los interiores de los apartamentos son decorados y con esas dimensiones parecen más de ciencia ficción).

Lola (Silma López) vive en un apartamento casi loft en la Plaza de las Salesas. Es decir, muy cerca de Valeria. “Y todas esas calles, esa Chueca entre Frida y las Salesas es la que recorren las amigas”, cuenta Capotillo.

Carmen (Paula Malia) no tiene dirección concreta porque, precisamente, parte de su historia en esta temporada es encontrar piso. “Lo busca cerca de la Gran Vía, por Malasaña, para estar cerca de su oficina”, continúa el jefe de localizaciones de Valeria. La oficina de Carmen, de hecho, es uno de los escenarios por el que más le han preguntado: esas vistas. **“Es una planta 13 de un edificio de Gran Vía”, **contesta. “Una sala diáfana que luego vistió el equipo de arte”.

Valeria en la Plaza de los Carros

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Además, Valeria, una gran caminante por Madrid, se pierde por La Latina. Se sienta en la fuente de la Plaza de los Carros, se consuela con sus amigas y unas cervezas en la terraza azotea de El Viajero. Lola, en cambio, se pasea por un Madrid más señorial, más Austria, por la Plaza de Oriente, la Ópera, el Teatro Real. Y también pisa, junto a Carmen y Nerea (Teresa Riott), Chamberí, la inconfundible plaza de Olavide.

Son muy de bares las cuatro amigas, de bares que también nos gustan a nosotros: como El Viajero, como La Noche Club, como Lucky Dragon (donde Valeria y Víctor –Maxi Iglesias– se conocen por primera vez), como la terraza de Casa Corona o, enfrente, el clandestino de Casa Suecia. Se buscan planes románticos y culturales donde los buscamos nosotros, como en Sala Equis. Y comen donde ahora comeríamos, como en Flavia.

Un 'Breve encuentro' en la Sala Equis.

‘Valeria’ / Netflix

Solo ese museo en el que Valeria intenta ganar algo de dinero mientras le llega la inspiración no está en Madrid: “El exterior lo falseamos un poco delante de las Cuatro Torres y el interior es un centro de convenciones en Ávila”, confiesa Pere Capotillo.

Pero esa visión que comparte la protagonista en su primera cita con Adrián (Ibrahim Al Shami), “esa postal de Madrid”, es real: “Un montecito en Las Tablas, cerca de la M30, casi llegando a la A1”, cuenta de la que la localización más difícil de encontrar.

Y lo bueno, dice Capotillo, es que si hay segunda temporada aún tienen muchas localizaciones, muchos rincones de Madrid ya apuntados para seguir recordándonos lo bonita que es la ciudad.

Chin chín en El Viajero.

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