Un vino que evoluciona de maravilla, todavía con mucho cuerpo, muy redondo, elegante después de tantos años en botella. Un vino que me recuerda mucho a los pagos viejos. Genial. Color rojo picota con bordes violáceos. En nariz aromas a fruta roja y negra, tostados y especias. En boca entra muy bien con cuerpo y frescura, presencia de madera fina y elegante, un vino maduro y extraordinario, tiene vigor, fruta negra, regaliz y unos taninos golosos y maduros. Gran vino que se mantiene muy vivo

Comienza siendo no tan expresivo como Valdeginés, fino, más recatado, pero no por ello deja de decir cosas. Al tiempo se obra la magia, concentración, hay más rasgos aproximativos con los Pagos, maduro, fruta negra, maravilloso, con profundidad e intensidad.

Con cuerpo y frescura entra en la boca, mentolado, madera fina y elegante muy presente, maduro y contundente, con vigor, fruta negra, olivas, regaliz negro, café, toffee, aromas de cacao.

Increíble lo la ladera sur (La Poza) y la ladera norte (Valdeginés) la diferencia de los vinos entre si. Viñedos de 25 años.

Una pena efectivammente, la impregnación que esta botella concreta tenía de corcho en nariz y boca. No obstante, si permitía vislumbrar un gran vino, sin la aparente complejidad del Pisón, pero con notas distintivas y particulares de su enólogo. En nariz finamente frutal, grosellas y frutillos del bosque, con toques de matorral, leña seca, jara y otros matices lácteos y cremosos. En boca elegante, amplio, fino, largo, frutal y equilibrado. Habrá que volver a probarlo y no miro a nadie porque no puedo............

Una pena efectivammente, la impregnación que esta botella concreta tenía de corcho en nariz y boca. No obstante, si permitía vislumbrar un gran vino, sin la aparente complejidad del Pisón, pero con notas distintivas y particulares de su enólogo. En nariz finamente frutal, grosellas y frutillos del bosque, con toques de matorral, leña seca, jara y otros matices lácteos y cremosos. En boca elegante, amplio, fino, largo, frutal y equilibrado. Habrá que volver a probarlo y no miro a nadie porque no puedo............

Mala suerte con esta botella, que nos salió con matices de corcho en desarrollo, un tiempo más y habría estado para no valorarla. A pesar de todo, se podía diferenciar el vino. La elegancia del autor es inseparable de sus obras. Matices frutales intensos y florales violetas. Al inicio se capatan matices de sotobosque y matorral seco. Atreviendome a un símil...seria como una Monastrel elegante en Rioja con algo de fruta mas negra y como siempre con un tratamiento de la madera envidiable. El corcho trastornó poder apreciar mas matices

3,3 has de suelos calcáreos arcillosos. Frente al Valdeginés... más 'atlántico' este refleja un perfil más opulento, 'mediterráneo'. Color picota violáceo cubierto,. Muestra una nariz intensa, con volumen y buena definición, en la que la fruta aparece madura, hay matices especiados y apuntes de flor morada. En boca ataca intenso y con cierta rotundidad, taninos vivos, marcados, intensos, bien de acidez, largo, estructurado y con buena definición.

Cata de: La Pola de Ballesteros, Valdeginés, El Carretil y Pagos Viejos (todos 2009).
Los dos primeros pagos se ubican muy cercanos entre sí pero Valdeginés con orientación Norte y La Pola de Ballesteros con orientación Sur.
Esta característica nos mostró al Pola de Ballesteros como un vino más maduro, goloso y con mayor intensidad de color debido a la mayor insolación recibida a lo largo del año;
y al Valdeginés ofreciendo mayor tirantez y frescura. A mí personalmente me gustó más 'La Pola' pues esa carga de fruta golosa, sedosa, envolvente, y no falta de cierta acidez me hace disfrutar del 'masticado' del vino con gran placer. Regusto largo y maduro. Excepcional vino.