Mortalidad materna

22 de febrero de 2023

Datos y cifras

  • En 2020, cada día murieron casi 800 mujeres por causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto.
  • En 2020, se produjo una muerte materna prácticamente cada dos minutos.
  • Entre 2000 y 2020, la razón de mortalidad materna (es decir, el número de muertes maternas por cada 100 000 nacidos vivos) se redujo a escala mundial en un 34%, aproximadamente.
  • En 2020, prácticamente el 95% de todas las muertes maternas se dieron en países de ingresos bajos y medianos bajos.
  • La atención a cargo de profesionales de la salud capacitados antes, durante y después del parto puede salvar la vida de la madre y del recién nacido.


Panorama general

La mortalidad materna es inaceptablemente alta. En 2020, unas 287 000 mujeres murieron durante o tras el embarazo o el parto. Prácticamente el 95% de todas las muertes maternas en 2020 se produjeron en países de ingresos bajos y medianos bajos, y la mayoría podrían haberse evitado.

Aquí se utilizan las regiones y subregiones de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). África Subsahariana y Asia meridional representaron alrededor del 87% (253 000) de las muertes maternas mundiales estimadas en 2020. Solo en África Subsahariana se concentraron aproximadamente el 70% de estas (202 000), mientras que Asia meridional representó cerca del 16% (47 000).

Al mismo tiempo, entre 2000 y 2020, Europa oriental y Asia meridional lograron la mayor reducción general de la razón de mortalidad materna: una disminución del 70% (de 38 a 11) y del 67% (de 408 a 134), respectivamente. A pesar de que su razón de mortalidad materna en 2020 era muy elevada, África Subsahariana también logró, entre 2000 y 2020, reducirla de manera sustancial, a saber, un 33%. Durante este período, cuatro subregiones de los ODS disminuyeron aproximadamente a la mitad su razón de mortalidad materna: África oriental, Asia Central, Asia oriental y África septentrional y Europa Occidental redujeron este indicador en aproximadamente un tercio. En general, la razón de mortalidad materna en los países menos adelantados* disminuyó en poco menos del 50%. En los países en desarrollo sin litoral, la reducción fue de un 50% (de 729 a 368), mientras que en los pequeños Estados insulares en desarrollo fue del 19% (de 254 a 206).

* Para más detalles sobre los países considerados en el grupo de «menos adelantados,» véanse los códigos uniformes de país o de zona para uso estadístico, que pueden consultarse en: https://unstats.un.org/unsd/methodology/m49/.

Distribución de la mortalidad materna

El elevado número de muertes maternas en algunas zonas del mundo refleja las desigualdades en el acceso a unos servicios de salud de calidad y pone de relieve la brecha entre ricos y pobres. La razón de mortalidad materna en los países de ingresos bajos en 2020 fue de 430 por 100 000 nacidos vivos, frente a 12 por 100 000 nacidos vivos en los países de ingresos altos.

Las situaciones humanitarias, de conflicto y posteriores a los conflictos impiden realizar avances en la reducción de la carga de mortalidad materna. Según el índice de fragilidad de los Estados (1), en 2020 nueve países estaban en «alerta máxima» o «gran alerta» (ordenados de mayor nivel de alerta a menor: Yemen, Somalia, Sudán del Sur, República Árabe Siria, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Chad, Sudán y Afganistán); la razón de mortalidad materna en 2020 en estos países oscilaba entre 30 (la República Árabe Siria) y 1223 (Sudán del Sur). En el caso de los Estados frágiles en situación de alerta máxima o de gran alerta, la razón de mortalidad materna promedio en 2020 fue de 551 por 100 000, más del doble del promedio mundial.

El riesgo de muerte materna a lo largo de la vida es mayor en el caso de las mujeres que viven en países de ingresos bajos. Se entiende por riesgo de muerte materna a lo largo de la vida la probabilidad de que una mujer de 15 años acabe muriendo por una causa relacionada con la salud materna. En los países de ingresos altos, este valor es de 1 en 5300, frente a 1 en 49 en los países de ingresos bajos.

Causas de mortalidad materna

Las mujeres mueren de complicaciones durante o tras el embarazo o el parto. La mayoría de estas complicaciones aparecen durante el embarazo, y son, en su mayoría, prevenibles o tratables; otras podían existir ya antes del embarazo, pero se agravan con la gestación, especialmente si no se tratan como parte de la atención a la mujer. Las principales complicaciones, causantes de prácticamente el 75% de todas las muertes maternas, son (2):

  • las hemorragias graves (mayoritariamente, tras el parto);
  • las infecciones (generalmente, tras el parto);
  • la hiperpresión arterial durante el embarazo (preeclampsia y eclampsia);
  • las complicaciones en el parto, y
  • los abortos peligrosos. 

Reducción de la mortalidad materna

Para evitar las muertes maternas, es vital prevenir los embarazos imprevistos. Todas las mujeres, incluidas las adolescentes, necesitan tener acceso a anticonceptivos, a servicios para someterse a abortos en condiciones de seguridad y dentro de los límites de lo previsto por la ley y a una atención después del aborto de calidad.

La mayoría de las muertes maternas son evitables, ya que las soluciones de atención de salud para prevenir o tratar las complicaciones son bien conocidas. Todas las mujeres necesitan acceso a unos cuidados de alta calidad durante el embarazo, así como durante el parto y después de él. La salud materna y la neonatal están estrechamente vinculadas. Es especialmente importante que todos los partos sean atendidos por profesionales de la salud cualificados, ya que la atención y el tratamiento oportunos pueden, tanto en el caso de la mujer como en el del recién nacido, decantar la balanza del lado de la vida.

Las hemorragias graves después del parto pueden matar a una mujer sana en cuestión de horas si no recibe atención. Inyectar oxitócicos inmediatamente después del parto reduce de manera efectiva el riesgo de hemorragia.

Las infecciones tras el parto pueden eliminarse mediante una buena higiene y reconociendo y tratando a tiempo los primeros signos de infección.

La preeclampsia debe detectarse y tratarse adecuadamente antes de que aparezcan convulsiones (eclampsia) u otras complicaciones potencialmente mortales. La administración de fármacos como el sulfato de magnesio a pacientes con preeclampsia puede reducir el riesgo de que sufran eclampsia.

¿Por qué no reciben las mujeres la atención que necesitan?

Las mujeres pobres de zonas remotas son las que menos probabilidades de recibir una atención de salud adecuada (3). Esto es especialmente cierto en el caso de las regiones de los ODS con un número relativamente bajo de proveedores de atención de salud cualificados, como África Subsahariana y Asia meridional.

Los datos más recientes de que se dispone parecen indicar que, en la mayoría de los países de ingresos altos y medianos altos, en aproximadamente el 99% de todos los nacimientos interviene personal médico, de partería o de enfermería capacitado. Sin embargo, solo en el 68% de todos los nacimientos en los países de ingresos bajos, y en el 78% en el caso de los países de ingresos medianos bajos, participa personal de salud calificado (4).

Los factores que impiden que las mujeres reciban o busquen atención durante el embarazo o el parto son:

  • fallos del sistema de salud que se traducen en i) una atención de mala calidad, incluidas faltas de respeto, malos tratos y abuso; ii) un número insuficiente de trabajadores de la salud que, además, carecen de la debida capacitación; iii) escasez de suministros médicos esenciales, y iv) poca rendición de cuentas de los sistemas de salud;
  • unos determinantes sociales, como los ingresos, el acceso a la educación, la raza y el origen étnico, que ponen a algunas subpoblaciones en situación de mayor riesgo;
  • unas normas de género perjudiciales y/o desigualdades que provocan que no se prioricen como es debido los derechos de las mujeres y las niñas, incluido su derecho a unos servicios de salud sexual y reproductiva seguros, de calidad y asequibles, y
  • factores externos que contribuyen a la inestabilidad y la fragilidad del sistema de salud, como las crisis climáticas y humanitarias.

A fin de mejorar la salud materna, es preciso identificar los obstáculos que limitan el acceso a unos servicios de salud materna de calidad y abordarlos, tanto a nivel del sistema de salud como de la sociedad.

¿Qué efectos tuvo la pandemia de COVID-19 en la mortalidad materna?

De los datos se desprende claramente que el estancamiento en la reducción de la mortalidad materna es anterior al inicio de la pandemia de COVID-19 en 2020. La pandemia de COVID-19 puede haber contribuido a que no haya habido avances en este terreno, pero no es el único motivo que explica esa situación.

Dos mecanismos pueden haber influido en el nivel de mortalidad materna durante la pandemia de COVID-19: las muertes debidas a la interacción entre el estado de gestación de la mujer y la COVID-19 (conocidas como muertes obstétricas indirectas), o las muertes en las que no se previnieron las complicaciones durante el embarazo, o no se abordaron como consecuencia de la perturbación de los servicios de salud.

Los datos de que se dispone en la actualidad no permiten llevar a cabo una evaluación sólida a escala mundial de los efectos de la COVID-19 en la mortalidad materna: solo alrededor del 20% de los países y territorios han notificado hasta la fecha datos empíricos sobre sus niveles de mortalidad materna en 2020, y en este grupo están sobrerrepresentadas las poblaciones de ingresos altos y/o relativamente más pequeñas, lo que afecta a la generalización de las conclusiones.

Las estimaciones actuales solo permiten incluir el año 2020. En vista de que los datos de que se dispone son limitados, esperamos que estas estimaciones se revisen en futuras actualizaciones.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la mortalidad materna

En el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los países han aunado esfuerzos para alcanzar la meta de acelerar la disminución de la mortalidad materna para 2030. El ODS 3 incluye una ambiciosa meta: «reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100 000 nacimientos,» sin que ningún país tenga una razón de mortalidad materna que sea superior al doble del promedio mundial.

La razón de mortalidad materna a escala mundial en 2020 fue de 223 por cada 100 000 nacidos vivos; para que, a escala mundial, esta razón sea inferior a 70 para el año 2030, será necesario lograr una reducción anual del 11,6%, un porcentaje que rara vez se ha conseguido a nivel nacional. Sin embargo, existen los conocimientos científicos y médicos para prevenir la mayoría de las muertes maternas. A diez años de que se cumpla el plazo estipulado para los ODS, ahora es el momento de intensificar los esfuerzos coordinados y de movilizar y revitalizar los compromisos a nivel mundial, regional, nacional y comunitario para poner fin a la mortalidad materna prevenible.

Respuesta de la OMS

Una de las principales prioridades de la OMS es mejorar la salud materna. La OMS trabaja para contribuir a la reducción de la mortalidad materna aumentando el caudal de datos obtenidos de investigaciones, proporcionando orientaciones clínicas y programáticas basadas en la evidencia, estableciendo estándares mundiales y brindando apoyo técnico a los Estados Miembros para que desarrollen y apliquen unas políticas y unos programas eficaces.

Como se define en las publicaciones Strategies toward ending preventable maternal mortality (EPMM) y Ending preventable maternal mortality: a renewed focus for improving maternal and newborn health and well-being, la OMS está trabajando con los asociados para prestar apoyo a los países a fin de que:

  • aborden las desigualdades en el acceso a los servicios de atención de la salud reproductiva, materna y neonatal, así como la calidad de estos;
  • garanticen la cobertura sanitaria universal para una atención integral de la salud reproductiva, materna y neonatal;
  • hagan frente a todas las causas de mortalidad materna, de morbilidad reproductiva y materna y de discapacidades conexas;
  • fortalezcan los sistemas de salud a fin de recopilar datos de alta calidad con miras a responder a las necesidades y las prioridades de las mujeres y las niñas, y
  • garanticen la rendición de cuentas para mejorar la calidad de la atención y la equidad. 


Referencias bibliográficas

1. Índice de fragilidad de los Estados. Puede consultarse en: https://fragilestatesindex.org/data/.

2. Say L, Chou D, Gemmill A et al. Global Causes of Maternal Death: A WHO Systematic Analysis. Lancet Global Health. 2014;2(6): e323-e333.

3. Samuel O, Zewotir T, North D. Decomposing the urban–rural inequalities in the utilisation of maternal health care services: evidence from 27 selected countries in sub-Saharan Africa. Reprod Health 18, 216 (2021).

4. Organización Mundial de la Salud y Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Base de datos conjunta OMS/UNICEF sobre el ODS 3.1.2 Asistencia cualificada en el parto. Puede consultarse en: https://unstats.un.org/sdgs/indicators/database/.