Visita de las 7 Iglesias

¿En qué consiste la devoción?

San Felipe Neri inicia la devoción de la Visita de las siete Iglesias, en la mitad del siglo XVI. Consiste en una peregrinación, con siete estaciones; cada una de ellas al frente de una Iglesia. 


¿Cuándo se practica?

Esta devoción se practica la noche del Jueves Santo, después de la celebración de la Cena del Señor hasta el Viernes Santo al mediodía. Recordamos que, a partir de las tres de la tarde, participamos de la celebración litúrgica de la Pasión del Señor; y luego, del rezo del Vía crucis.


¿Cuáles son las siete iglesias a visitar?

El decanato centro de la Arquidiócesis de Corrientes propone como estaciones las siguientes Iglesias: 

I.ª Estación: Jesús Nazareno

II.ª Estación: San Francisco Solano

III.ª Estación: Virgen de la Merced

IV.ª Estación: María Auxiliadora

V.ª Estación: Cruz de los Milagros 

VI.ª Estación: Santa Rita de Casia

VII.ª Estación: Virgen del Rosario (Catedral)

En el caso de que otros decanatos usen este material, podrán fijar siete templos como estaciones, en su propio ámbito.


¿Cuál es la finalidad de esta devoción?

Se trata de una peregrinación y no de una simple caminata: peregrina el creyente, el cristiano que sigue los pasos de Jesucristo. Además, el peregrino comparte la experiencia con otros; porque somos comunidad, como el pueblo de Dios peregrino en el desierto. 

La finalidad de la devoción es acompañar a Jesús, desde el Huerto de los Olivos, donde es apresado, hasta el Monte Calvario, donde es crucificado. Mientras nos desplazamos --de Iglesia en Iglesia-- tomamos conciencia de que Jesús sufre la pasión, rumbo a la cruz, por cada uno de nosotros. Participando de su pasión podemos celebrar luego la resurrección, la vida nueva.


¿Con qué espíritu debemos practicar esta devoción?

Cuando un cristiano ora lo hace como discípulo de Jesucristo, con la Iglesia, como Iglesia, y en nombre de toda la Iglesia. La oración es, por un lado, alabanza a Dios; y, por otro, comunión con todos los cristianos. Y, cada vez que oramos, nuestra oración se une a la de Jesucristo, porque Él es el Mediador entre Dios y los hombres. La oración expresa amor a Dios, y amor al prójimo. ¡Es impensable una oración egocéntrica o meramente individualista!


¿Cómo aprovechar esta propuesta?

Esta propuesta está confeccionada para rezar entre dos, o más. Por supuesto que es posible aprovecharla individualmente; en este caso pasamos por alto las indicaciones G.: (Guía) y T.: (Todos).

Recordemos que lo verdaderamente importante es la determinación de acompañar a Jesús en su camino al Calvario.